“La madrastra buena”
Hansel y
Gretel eran los hijos de un leñador muy bueno y trabajador. Ellos vivían sólo
con su padre ya que, su madre había muerto hacía ya varios años.
Yo era la dueña de una pequeña tienda en el centro del pueblo donde Juan, el padre
de los niños, realizaba las compras semanales. Así fue como comenzó una
relación amistosa y luego nos enamoramos.
Después de un tiempo de conocernos, Juan me propuso
que fuera a vivir con él y sus dos hijos
a su casa. Como yo vivía sola me pareció una buena idea. Además, Hansel y Gretel parecían adorables.
Cuando me fui a vivir con ellos, vendí mi casa, sólo
me quedé con el negocio y con el dinero de la venta ampliamos y refaccionamos
la vivienda de Juan, ya que era muy pequeña y humilde.
Al principio, la convivencia era buena, pero al
tiempo me di cuenta que los hijos de mi pareja eran dos manipuladores. Los
pequeños de seis y ocho años inventaban a su padre toda clase de mentiras para
obtener lo que querían. Y aunque eso no me parecía correcto, yo no intervenía.
Hasta que un día, esas mentiras me incluyeron, los
niños comenzaron a quejarse de mis supuestos maltratos y desprecios ante su
padre. Situación que nos llevó a discutir diariamente. Pero, como quería mucho
a Juan, traté de complacer en todo a los niños comprando toda clase de regalos
para ellos, a tal punto que terminé en la quiebra y tuve que cerrar la tienda.
Como ya no tenía más dinero para satisfacer los caprichos de esos dos
engendros, nuevamente comenzaron los problemas.
Cierto día, Hansel
y Gretel me invitaron a pasear por el bosque, como yo no conocía el
lugar y me pareció un lindo gesto de parte de ellos, ingenuamente acepté.
Una vez en el bosque me propusieron jugar a las
escondidas, me dijeron que contara hasta cien tapándome los ojos sin espiar y
que luego saliera a buscarlos. Así lo hice, pero cuando recorrí el lugar no los
encontré por ningún lado, grité sus
nombres hasta quedarme sin voz.
Luego de un rato me di cuenta que me habían
abandonado en aquel bosque y que seguramente como conocían el lugar habrían regresado a su casa y justificarían mi ausencia ante su padre con
alguna de sus mentiras.
fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario