martes, 20 de noviembre de 2012

Reescritura de Hansel y Gretel


“La madrastra buena”
Hansel  y Gretel eran los hijos de un leñador muy bueno y trabajador. Ellos vivían sólo con su padre ya que, su madre había muerto hacía ya varios años.
Yo era la dueña de una pequeña tienda  en el centro del pueblo donde Juan, el padre de los niños, realizaba las compras semanales. Así fue como comenzó una relación amistosa y luego nos enamoramos.
Después de un tiempo de conocernos, Juan me propuso que fuera a vivir  con él y sus dos hijos a su casa. Como yo vivía sola me pareció una buena idea. Además, Hansel  y Gretel parecían adorables.
Cuando me fui a vivir con ellos, vendí mi casa, sólo me quedé con el negocio y con el dinero de la venta ampliamos y refaccionamos la vivienda de Juan, ya que era muy pequeña y humilde.
Al principio, la convivencia era buena, pero al tiempo me di cuenta que los hijos de mi pareja eran dos manipuladores. Los pequeños de seis y ocho años inventaban a su padre toda clase de mentiras para obtener lo que querían. Y aunque eso no me parecía correcto, yo no intervenía.
Hasta que un día, esas mentiras me incluyeron, los niños comenzaron a quejarse de mis supuestos maltratos y desprecios ante su padre. Situación que nos llevó a discutir diariamente. Pero, como quería mucho a Juan, traté de complacer en todo a los niños comprando toda clase de regalos para ellos, a tal punto que terminé en la quiebra y tuve que cerrar la tienda.
Como ya no tenía más dinero  para satisfacer los caprichos de esos dos engendros, nuevamente comenzaron los problemas.
Cierto día, Hansel  y Gretel me invitaron a pasear por el bosque, como yo no conocía el lugar y me pareció un lindo gesto de parte de ellos, ingenuamente acepté.
Una vez en el bosque me propusieron jugar a las escondidas, me dijeron que contara hasta cien tapándome los ojos sin espiar y que luego saliera a buscarlos. Así lo hice, pero cuando recorrí el lugar no los encontré  por ningún lado, grité sus nombres hasta quedarme sin voz.
Luego de un rato me di cuenta que me habían abandonado en aquel bosque y que seguramente como conocían el lugar  habrían regresado a su casa  y justificarían mi ausencia ante su padre con alguna de sus mentiras. 
fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario